Ta vez nos falte mucho por aprender, mucho por mejorar y mucho por dar... Pero estos pequeños gestos, hacen que se afirme más y más la idea " que el taller es querido por Dios", que todo lo sembrado va entrando, que las mañanas de sueños y el cansancio, están totalmente justificados, que nos toca sembrar y con gozo algún día otros van a cosechar... Quizás no lo veremos, nos basta sentir desde ahora el abrazo cariñoso de Dios en los pequeños y grandes gestos realizados a diario...
Una vez más, quiero hacer público el reconocimiento y gratitud a estos chicos, para que todos y cada uno de nosotros sigamos rezando por ellos, por sus familias, para que el señor siga abrazándolos y llenándoles el corazón...
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